Raquel parece insistir en acercarse cada vez más a su vecino, Íñigo, quien, a pesar de seguir preocupado por su salud, continúa con las obras de su nueva tienda discográfica. Por otro lado, Sócrates parece hacer algo más que trabajar en su nuevo empleo. Además, Silvia y Begoña no consiguen llevarse bien del todo.