Este capítulo empieza desde una cómoda cama en la que posiblemente a muchos, especialmente a las señoras bien y a las no tan bien, les daría asco acostarse. Viene cargado de emociones, suspenso, intrigas, sexo, mentiras y video. Sí: se trata de un lugar donde muchos y muchas de ustedes han estado –así no lo admitan de labios para afuera– y los que no, ¡pues se lo pierden! Los moteles se han convertido en lugares de referencias, de mitos, generadores de historias de las más bajas y altruistas pasiones. Por eso es justo y necesario hablar de estos apasionantes lugares.