Después de discutir con su padre, Lutz se muda de la casa de sus padres y comienza a vivir en el desván de la empresa comercial Gilberta. Benno comienza a barajar la idea de adoptar a Lutz, pero eso sólo sería posible con el consentimiento de los padres. Cuando el sumo sacerdote se entera de la difícil situación, decide pedirle a toda la familia y a Benno que lo acompañen.