Paco y Lola van a iniciar los trámites del divorcio. Mariano aconseja a su amigo, que no quiere separarse de su mujer, que finja un infarto durante su encuentro con el abogado. Paco cree que es una táctica ridícula y poco honesta pero, una vez en el despacho, decide ponerla en práctica. Lola se asusta mucho y mete a Paco en cama para ocuparse personalmente de su salud.