Ran, Kogoro y Conan visitan la casa de unas clientes del detective. Las dos mujeres interesadas son la esposa y la hija de un sacerdote budista que piden a Kogoro que las proteja a ellas y a su familia de la maldición de la estatua de Buda. El patriarca de la familia se niega a involucrar a un detective en sus asuntos familiares, pero poco después morirá acuchillado