En los años del Imperio Romano del reinado de Augusto y su sucesor Tiberio, Judá Ben-Hur, hijo de una familia noble de Jerusalén, y Mesala, tribuno romano que dirige los ejércitos de ocupación, se han convertido en enemigos irreconciliables. Acusado de atentar contra la vida del nuevo gobernador romano, Mesala le encarcela junto a su familia. Cuando se llevan a Ben-Hur a galeras, un joven llamado Jesús de Nazaret se apiada de él y le da de beber.