De júbilo nos llenamos al presentar este símbolo. Pero antes de continuar, les pedimos el favor a los que están acostados, sentados o en cuatro que se pongan de pie, a los que tengan sombrero, peluca o peluquín que se los retiren, los que estén a caballo tomando tinto, por favor apéense... en pocos minutos comenzará a sonar el “disco” más escuchado y tarareado en nuestro país, y no solamente porque en todas las emisoras suena dos veces al día. Se trata de nuestro himno nacional, un símbolo que perdura por tradición, por ley y sobre todo por terco… pues, junto a la bandera y el escudo, el himno hace parte de nuestros símbolos patrios oficiales, y frente a eso no hay nada que hacer, gústenos o no; ese es, y como la madre, himno no hay sino uno, y con disgusto para muchos, al parecer, seguirá inmortal.