En la séptima y última temporada, reaparece un ser maléfico, El Primero (the First), proveniente de la tercera temporada. Es el mal primigenio que siempre ha influenciado al mundo, el mal en su estado puro. El Primero tiene la capacidad de adoptar la apariencia de cualquier persona, siempre que esta haya muerto previamente. Como primer paso para imponer su dominio, intenta que su séquito de seguidores acaben con el Consejo de Vigilantes, que efectivamente es destruido, y las potenciales cazadoras que sustituirán en su día a la actual. Giles, superviviente de la masacre de los Vigilantes, reúne en casa de Buffy a las chicas con potencial de ser las Elegidas en caso de morir Buffy. Allí, en Sunnydale, se establece el lugar de entrenamiento de las Potenciales y la base de la resistencia. Pero, ante la sobrehumana misión que la espera, Buffy, cada vez más sola e incomprendida, confiará más en un desorientado Spike que transita entre la locura, el bien y el mal, la culpabilidad y el amor a causa de la pruebas a las que se enfrenta por recuperar su alma, tras sufrir el rechazo de Buffy en la anterior temporada, que en su amigos y las nuevas aprendices de cazadora.