Los jóvenes cruzan el mar, superando las tempestades hasta llegar a Goa, India. Allí en la sede central de los Jesuitas reciben una noticia inesperada. A Valignano, quien encabeza la misión de los jóvenes embajadores, le ordenan quedarse en la India. Con preocupación, los jóvenes parten desde Goa hacia Roma acompañados por Dorado.