La bella Catalina Batista es una mujer moderna, en la sociedad paulista de la década de los veinte, que rechaza el papel femenino de restringirse a hacer actividades de casa. Julián Petruchio es un hombre cuya creencia es que la mujer debe ser la reina de la casa. Dos personas tan diferentes viven un romance contradictorio. Conocida como la Fiera por echar todos sus pretendientes y hacerlos salir corriendo, Catalina se va a esbarrar con la terquedad cínica de Petruchio que, inicialmente, decide conquistarla para, con lo dote de la boda, salvar su hacienda de ser subastada. Ellos acaban enamorándose, pero no dan el brazo a torcer, vivenciando escenas muy bien humorísticas de discusiones y peleas volcánicas. Él fingiéndose de cordero y ella cada vez más furiosa con su insistencia.