El plan de Laura y Lisandro salió a la perfección y, una vez más, las dos mentes maquiavélicas de la estancia Santa Elena celebran. “Pagaría por verle la cara a Bernarda cuando vea que pagó una fortuna por esas fotos”, dice con una sonrisa socarrona Laura. Lisandro también festeja y se pregunta “¿por qué tardaste tanto en volver a estar conmigo? ¿No te das cuenta de que juntos son imbatibles?”. Golpean la puerta de la habitación y Laura especula con que debe ser “room service, pedí más café.”. Lisandro abre y se sorprende al ver la cara de Antonio del otro lado de la puerta. Su sobrino irrumpe en la habitación y le pregunta a su tío “¿Qué hacés vos acá?”.