Es la era de la Iluminación y al mismo tiempo, de abusos, guerras y depravación. El centro del orden mundial es el Vaticano, intermediario en los conflictos de poder de los Reinos e Imperios de la época. Y en el Vaticano, un ambicioso e inescrupuloso hombre se convierte en Papa: Rodrigo Borgia. Su nombre pasó a la historia como sinónimo de decadencia y su Papado será recordado como uno de los capítulos más infames de la historia de la Iglesia Católica.