Cooper y su equipo viajan a Chicago, donde un francotirador está matando a gente al azar en la calle. Cuando investigan el lugar del crimen, el francotirador los observa a distancia, identifica a Mick como un tirador de élite y le envía un localizador para poder avisarlo de cuándo va a volver a matar. Cuando García finalmente identifica al asesino, el equipo se apresura a detenerlo y evitar así una masacre.