Manuel Burque y Quique Peinado se declaran “buenistas”, buenistas en plan bien. Tienen claro que la confrontación y el querer llevar la razón no llevan a ningún sitio y en Buenismo Bien debaten para encontrar el secreto de una democracia sana y de una sanidad solvente. Quieren dejar de cargarse el planeta y que los cerebros que se fugaron vuelvan a los laboratorios patrios, pero sobre todo, quieren reírse y mucho.