Cecchini parece haber conseguido su objetivo de separar a Giulio y Patrizia, pero no consigue que su hija le perdone y, sobre todo, no quiere que se vaya a Barcelona, donde Julio la estaría esperando. Don Matteo también tiene sus problemas: corre el riesgo de ser excomulgado porque un niño afirma que el sacerdote violó el secreto de confesión, para facilitar la investigación sobre la explosión de un coche y la presunta violencia sufrida por una niña.