Michio apuesta sus esperanzas en cazar bandidos por recompensas y busca objetivos en la ciudad por la noche. Aunque los encuentra fácilmente usando sus habilidades, siguen siendo humanos. Sentimientos contradictorios acerca de matar gente por dinero y el miedo de tener que derrotar a sus oponentes se arremolinan dentro de Michio. Sin embargo, con el límite de tiempo acercándose, Michio fortalece su determinación y entra en el cuartel general de los bandidos.