Durante la Guerra Civil Española la República vivió bajo una crisis permanente, en la que las luchas intestinas no dejaron nunca de estar presentes. El enfrentamiento de los revolucionarios anarcosindicalistas y del POUM con los comunistas y las fuerzas republicanas debilitaron el gobierno constitucional. Mientras que los comunistas postergaban el inicio de una posible revolución al triunfo en la guerra, los anarquistas intentaban compaginar guerra y revolución. Al final, el curso de la guerra, que dio la victoria a los sublevados, frustró las expectativas de unos y otros.