Tras ser herido en la cara en combate, el conde Roger de Tinchebraye se ve obligado a esconder su cara desfigurada tras una máscara de cuero y decide convertirse en un Casanova. Cuando encuentra el verdadero amor, el cínico Roger lo ignora y permite que la pura e inocente Judith se case con un viejo marqués; tras la muerte de su esposo, Judith se vuelve a encontrar con Roger, quien le muestra su cara desfigurada, lo cual no la desalienta en absoluto.