Carmela es una mujer joven y hermosa, salvaje e indómita como una amazona. Se las arregla para sobrevivir con trabajos precarios y ambiciones banales. Tiene una hija de once años, María, en cuya vida no ha estado muy presente. Sin embargo, quiere cambiar esta realidad, asumir sus responsabilidades e intentar ser buena madre. Un día conoce a Tarek, un argelino de cuarenta años, y lo suma a su lucha por encontrar un equilibrio y una nueva vida.