Los cayos de Florida en 1840, donde gritan los implacables huracanes del Caribe, donde los rescatadores de Cayo Hueso, como la intrépida y bella Loxi Claiborne y su tripulación, recogen, a bordo de frágiles goletas, la cosecha del viento salvaje, enfrentándose a los dientes de tiburón de los arrecifes para rescatar a marineros y carga de los naufragios provocados por los carroñeros del mar.