Steven Grant es un agente del FBI al que le encomiendan una tarea que no le gusta nada. En concreto, tiene que dar con el paradero e investigar a un vampiro que amenaza con desvelar las intenciones del gobierno, que al parecer ha ideado una especie de plan a partir del cual los vampiros se integrarían en la sociedad, junto con el resto de personas. Para investigar a un vampiro, nada mejor que otro vampiro, así que a Grant se asignan un compañero vampiro, con el cual tendrá que trabajar a partir de entonces. Ambos dan con Lucy, una vampira muy guapa, que seduce a Grant. Grant no se puede fiar de ella, pero está enamorado, así que lo hace. Gracias a Lucy, pronto se da cuenta de que las cosas son más complicadas de lo que esperaba, y ni los buenos son tan buenos ni los malos lo son tanto.