El Alison Group ha comprado cuatro fábricas de cerveza en apuros. El joven pero ambicioso Franck Macklin (Robert Hays) resulta enviado a una de ellas para desplegar una nueva organización; pero esta cervecería es la primera empresa de su propia ciudad natal. Al principio, sus viejos colegas se muestran reacios a tenerle como jefe, sin embargo, dado que no le es posible salvar a todos ellos de los drásticos cambios que debe aplicar, este clima cambia muy pronto. Más tarde percibe que ha subido los beneficios del sello considerablemente y se entera de que los jefes están planeando revender la fábrica de cerveza que interesa a un millonario del petróleo incompetente.