Sam intenta encontrar clientes en el desierto de Mojave. Sin embargo, no hay nadie, y ni siquiera su mujer contesta a los mensajes. Completamente solo, al borde de la paranoia, Sam se refugia en la compañía de un programa de radio, en el que los oyentes alertan sobre un asesino de niños. Pero la gente comienza a reaparecer y persiguen a Sam, como si él fuese el homicida.