Todavía subsisten bandas contrarrevolucionarias que tratan de mantener un foco de terror en la población y de restablecer contacto con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. Una mañana es hallado el cadáver del administrador, Alberto Delgado, en la finca Maisinicú. Las investigaciones revelan una atmósfera intensa y violenta, y una personalidad contradictoria. El itinerario de Alberto Delgado en los últimos meses permitirá conocer la audaz infiltración de este agente de los servicios de contrainteligencia cubano entre los bandidos que operan en la zona.