La madre de Hallam ha muerto ahogada, y su padre se ha casado con Verity, una mujer hermosa y excitante. Hallam sospecha que ella es la asesina de su madre y está dispuesto a demostrarlo, así que se dedica a espiarla con unos prismáticos. Lo malo es que cuanto más se convence de la perversidad de Verity, más atracción siente hacia ella. Huyendo de ese sentimiento se traslada a Edimburgo, donde conoce a una empleada de hotel que se parece bastante a su madre. Hallam toma de nuevo los prismáticos y desde un tejado observa la vida de su nuevo objeto de deseo...