Sara y Alberto pasan los días en su casa. Se asoman por la ventana y observan: la primavera se acerca y el sol se pone cada vez más tarde. Alberto se entretiene jugando con la luz, las sombras y los recovecos que dejan estas sobre el salón. Sara sale al balcón por las noches y examina con su cámara el vecindario. Cuando están en la cama, hablan sobre lo que les preocupa. Sobre expectativas laborales. Sobre ser creativo y para qué seguir intentándolo, si alguien lo ha hecho antes que tú. Sobre vivir confinados, pero a la vez, darse cuenta de que las cosas no han cambiado tanto como parece.